martes, 19 de noviembre de 2013

Aprovechando bien el tiempo

En los últimos años, creo que muchas nos hemos visto diciendo a otras personas "no puedo, no tengo tiempo".   Y como no expresarse de esta forma, si las mujeres trabajan en casa, fuera de la casa, atienden a sus hijos, les ayudan con las tareas, se involucran en el ministerio en la iglesia, van a dejar y traer a sus hijos a la escuela o a actividades extra-escolares, van de compras al super, llevan a los hijos al médico, atienden al esposo, pretenden estudiar o sacar algún curso y muchísimas cosas más que podrían añadirse a esta lista.  Pues como resultado, clarísimo está que es natural que digan que no se tiene tiempo.

Pero, ¿qué dice la Biblia al respecto?, veamos algunos versículos:

a.  "Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; un tiempo para matar, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir,  un tiempo para construir; un tiempo para llorar, y un tiempo para reír...hasta el verso 8.  Eclesiastés 3:1-8 NVI

b. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal  Mt. 6:34 NVI

Es interesante, como estos dos pasajes nos muestra la realidad de las cosas, por un lado, decir que no tenemos tiempo, es afirmar que somos malos mayordomos del tiempo.  En realidad la Biblia nos enseña que para todo hay tiempo, no obstante cada día tiene su propio afán.  No podemos pretender hacer en un día, lo que hemos dejado de hacer en por mucho tiempo, tampoco podemos pretender hacer más de lo que nuestras fuerzas nos permiten. 

Algunos consejos:

1. Evalúa las actividades en las que estás involucrada, algunas son responsabilidades a las que no puedes renunciar, otras seguramente las estás haciendo por que te gusta hacerlo, pero quizás no tienes el tiempo para hacerlas.

2. Evalúa las que estás haciendo por el gusto de hacerlo, quizás tendrás que renunciar a algunas de estas.  Un conocido refrán dice "el que mucho abarca, poco aprieta", lo que significa que si nos involucramos en mucho, seguramente no estamos haciendo bien nada.

3. Evalúa tus prioridades, a veces decimos que la familia es la prioridad, pero es invisible en nuestro día a día.  No hay tiempo para conversar en familia, estamos cansadas, malhumoradas.  Si en verdad la familia es prioridad, debe haber tiempo para la familia.

4. Si eres parte de un ministerio en la iglesia no te involucres en más, la iglesia no es Dios, de hecho hay personas que se involucran en dos o tres cosas en la iglesia y no tienen tiempo para su devocional familiar.  La iglesia es un espacio para servir, hacerlo en un ministerio y hacerlo bien es suficiente, nadie nos ha pedido que hagamos más de lo que podemos hacer.

5. Deja algunos de tus sueños para más adelante.  A veces queremos desarrollar algunos proyectos que eran parte de nuestros sueños, pero nos casamos, tuvimos hijos y ahora queremos atender todo.  El tiempo en que tenemos hijos, es fundamental para procurar su formación, es tan poco el tiempo que tenemos a nuestros hijos en casa, en el cual podemos formarles, que dejar que sea la TV, el internet  o la empleada que los forme es una gran pérdida.  Quizás estos proyectos pueden esperar, nadie ha dicho que cuando llegamos a los 40 o 50 ya se ha terminado la vida, debemos considerar como en otros países la gente continúa creciendo profesionalmente independientemente de la edad que tenga.

Te dejo un listado de prioridades que discutimos en un grupo de matrimonios, quizás te ayude:

1. Dios
2. El esposo o esposa
3. Los hijos
4. El Trabajo/dentro o fuera de la casa
5. La iglesia
6. La familia ampliada

Algunas de estas prioridades cambian por períodos de tiempo, si tienes a tu madre enferma, ella será prioridad por ese tiempo de enfermedad. 

Las animo a pedir sabiduría a Dios para hacer buen uso de nuestro tiempo, Dios es fiel y quiere lo mejor para nosotros.







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