viernes, 15 de agosto de 2014

Viviendo en Excelencia

"Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia.  Ustedes sirven a Cristo el Señor" Col. 3:23

Vivimos en un mundo de mediocridad, hoy día la gente trabaja bajo la ley del mínimo esfuerzo y se muere sin conocer todo el potencial que Dios puso en el ser humano.  Por esta razón es común ver productos mal hechos, servicios mal prestados, mala atención al cliente, impuntualidad, irresponsabilidad; sencillamente la gente se conforma con hacer las cosas de cualquier forma.

Ahora bien, lamentablemente esta actitud ha entrado en las filas de la iglesia y tenemos muchas personas que sirven sin tener la conciencia de lo que realmente implica el servicio y como debe hacerse, para algunos lejos de ser un privilegio es una actividad más en la que se involucran sin el sentido del servicio a los demás y a Dios, trasladando esa misma actitud a los trabajos y acciones que realizan fuera de la iglesia, pues no reconocen que aún nuestro trabajo es una forma de servir a Dios y a los demás y por lo tanto debemos hacerlo bien, tratando de ser y hacer lo mejor.

¿Que nos enseña la Biblia acerca de esto?, te comparto algunos principios que podemos sacar del versículo que aparece al inicio de este escrito:

  1. Lo que hacemos (dentro y fuera de la iglesia) es para el Señor.  Creo que es oportuno recordar que todo lo que hacemos es para el Señor, esto nos debe recordar que Dios es un Dios que le gustan las cosas bien hechas.  Muestra de ello son los sacrificios que recibía, solo recibía lo que estaba en buenas condiciones, lo mejor de lo que se tenía.  El no recibía un cabrito con un pie quebrado, para El siempre debíamos dar lo mejor.  Así que el recordar para quien hacemos lo que hacemos, debe ser un motivante para dar lo mejor de nosotros y hacer las cosas bien.  
  2. Es importante una buena actitud, pues a veces hacemos bien las cosas pero con mala actitud.  De esta forma en realidad no hemos hecho nada bien.  La actitud tiene que ver con el corazón, limpiar bien las sillas con quejas de por medio no sirve de mucho.  Dirigir el ensayo  de alabanza, quejándonos por el cambio de horario es como símbalo que retiñe.  Dar las clases sin haberla preparado es no tener la actitud correcta que me impulsa a dar lo mejor.  ¡Trabajemos de buena gana!
  3. La excelencia debe ser un valor que vive cada cristiano en todo lugar.  Mire que he visto como a veces la gente se prepara, se capacita y hace muy bien su trabajo fuera de la iglesia y lo que hacen para la iglesia lo hacen de cualquier forma.  Luchamos con gente que no entiende que la excelencia es un principio bíblico que debemos vivir en cualquier esfera de nuestra vida.  Recoger la ofrenda, dar clases, el aspecto físico del templo, las aulas, las reuniones, y todo lo que tiene que ver con el ser y quehacer de la iglesia debe hacerse con excelencia, quien así lo hace ha entendido que Dios merece lo mejor.
  4. No espere recompensa en la tierra, por que no debemos servir esperando algo a cambio.  Hacer las cosas bien debe ser producto de nuestra motivación por dar lo mejor del potencial que Dios ha puesto en nosotros, debe convertirse en un estilo de vida.  Si alguien lo agradece, lo reconoce o lo recompensa, pues está bien, pero si nadie lo hace recuerde que vivimos para agradar a Dios y el recompensará algún día su buena motivación para servir con excelencia.
Amigas les animo a dar lo mejor en sus trabajos y en el servicio ministerial en la iglesia, nuestra nación puede ser diferente si tenemos cristianos que entienden que hemos sido llamados a ser los mejores y hacer las cosas con excelencia en cualquier lugar donde estemos, tanto en el ámbito privado como en el público, esto es adorar a Dios.

Dios les bendiga

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